TRANSFERENCIA DE EMBRIONES
La transferencia de embriones
A partir la década del 70 la inseminación artificial (IA) comienza a ser ejercida en nuestro país como actividad empresaria por importantes centros de inseminación privados que producen y comercializan y de bancos de semen que sólo comercializan el semen de los mejores toros dadores del país e importan el material genético desde otros países que nuestros cabañeros les solicitan.
Durante esta misma década se desarrolla el control y la estimulación de la actividad hormonal de la hembra, dando comienzo a la sincronización del celo y la ovulación, facilitando así el reinicio de la actividad reproductiva cíclica. Con ello se sientan las bases para el desarrollo de los programas de superovulación y transferencia de embriones (TE) y los de inseminación a tiempo fijo, evitando la detección de celo y permitiendo el uso más efectivo de la IA.
La superovulación y la TE alcanzaron su máximo desarrollo a comienzos de 1980. Así como la IA aumenta la capacidad reproductiva de los toros, la TE aumenta la capacidad reproductiva de las hembras. Durante el año 1999 fue transferido en el mundo un total de 520.712 embriones bovinos, 10.000 embriones ovinos y caprinos, 500 embriones equinos y unos pocos miles de la especie porcina.
¿En qué consiste la transferencia de embriones?
En la naturaleza al apareamiento sigue la fertilización por un espermatozoide del óvulo proveniente del folículo maduro, unión que genera el embrión quien, después de unos días se implantará en la mucosa del útero. Para la TE se estimula con hormonas a las denominadas vacas donantes para que en ellas maduren simultáneamente muchos folículos y se produzca una llamada superovulación durante las horas de celo. La vaca así tratada recibe servicio natural o por IA de un toro de alto valor genético y entre 6 a 8 días más tarde los embriones formados se encuentran “nadando” en el útero, pero aún no se han implantado. Debido a ello pueden ser colectados mediante una maniobra que se denomina “lavaje”, extraídos de la vaca donante, aislados, analizados al microscopio y finalmente transferidos uno por uno a vacas denominadas receptoras, que previamente fueron tratadas con hormonas de manera tal que sus úteros estuvieren funcionando en sincronía con el de la dadora, para que el embrión recibido se pueda implantar como lo hubiera hecho en su propia madre biológica. De ahora en más cada vaca receptora o ama cumplirá las funciones de una incubadora para el desarrollo embrionario y fetal hasta el nacimiento del ternero y luego lo criará hasta el destete.
¿Qué fines se persigue con la transferencia de embriones?
Tanto con la IA como con la TE se pretende obtener un número mayor de crías de padres y madres de alto valor genético (y por lo tanto de mayor productividad que sus congéneres promedio) que el que se obtendría por aparea-miento natural. En condiciones naturales una vaca suele dar una cría por año. Superovulación y TE mediante se pueden obtener 12 a 15 terneros por año de una vaca, crías que pueden provenir de 4 o 5 padres diferentes si se quisiese. En consecuencia se pueden elevar los niveles de producción de un rodeo con mucho mayor rapidez que si se dependiese del servicio natural. No todos los embrio-nes que se colectan reúnen todas las cualidades necesarias para ser transferidos con éxito. En términos generales y en promedio para 10 países europeos en los que se practica la TE con cierta intensidad se puede decir que por cada lavaje de vaca dadora se colectan 9,5 embriones que proveen 5,2 (54,7 %) embriones transferibles. Los embriones obtenidos pueden ser transferidos directamente a las vacas receptoras, como embriones “frescos”, pero también pueden ser congelados y luego descongelados antes de su transferencia, sin mayor pérdida en la tasa de gestación (50 – 60 %). Esto tiene particular importancia si se considera que mientras el transporte internacional de un animal vivo puede costar U$S 1000 o más, el transporte de un contenedor criogénico con 500 a 4000 embriones tiene el mismo o menor costo.
¿Cuáles son los resultados prácticos que obtiene el ganadero mediante la TE?
Las tasas de preñez que se logran con la transferencia de embriones frescos, es decir, recién obtenidos, oscila entre el 58 y el 71 %. Con embriones congelados/descongelados se logran, como ya se indicó, tasas de gestación entre el 50 y el 60 %.
Desarrollos científicos modernos en marcha y en perfeccionamiento
La disponibilidad de embriones a través de esta biotecnología permitió desarrollar la micromanipulación o microcirugía, que tiene como aplicaciones la toma de biopsias para el diagnóstico del sexo, la producción de quimeras y de mellizos idénticos. La selección del sexo constituye otro avance, cuyo inicio comercial ocurrió a mediados de la década del 80. Consiste en la selección de embriones y de espermatozoides según las características de su sexo genético. Existen por lo menos tres meto-dologías para realizar el sexado de embriones a campo. La eficiencia de la determinación del sexo es actualmente superior al 90 % con tasas de preñez entre 58 y 71 %, similares a las obtenidas con embriones frescos no sexados. Sin embargo, las tasas de preñez obtenidas con embriones sexados congelados/descongelados son aún bajas (37 a 66 %), lo que limita su uso comercial.
Otro paso en esta carrera biotecnológica es la producción in vitro de embriones, es decir, fuera del útero de la vaca, en los “vidrios” del laboratorio. Para ello se obtienen, por punción de los folículos maduros, los ovocitos (las células sexuales femeninas) de vacas vivas, para proceder a su fertilización in vitro en el laboratorio.
En Argentina las actividades relativas a la transferencia de embriones están reglamentadas desde el año 1988 por la Resolución RY 304/88 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca. En ella se especifica cuáles son los profesionales que podrán intervenir en esta biotecnología pecuaria, las funciones de una Comisión Técnica Asesora, las condiciones a reunir por los establecimientos habilitados para ejecutar estas actividades, las exigencias para los dadores de semen y de óvulos/embriones comprometidos, las condiciones sanitarias del ganado involucrado y lo relacionado con la exportación e importación de óvulos/embriones. Estas normas se basan sobre los lineamientos de la IETS, la Organización Internacional de Transferencias de Embriones, y los de la OIE, la Organización Internacional de Epìzootias.
Nuestra aduana registró que durante los años 2002 y 2003 Argentina importó unos 1327 embriones bovinos por valor de U$S 307.301 FOB desde los EE.UU., Australia, Sudáfrica, Canadá y Uruguay. Las exportaciones sumaron 1392 embriones entre 2000 y 2003, por valor de U$S 198.979 FOB, y fueron a Brasil, Paraguay y Uruguay.
En 1999 en el país se efectuaron 3.329 colecciones en vacunos que produjeron 34.336 embriones, de los cuales 17.998 fueron transferibles. Los guarismos fueron, en el mismo orden, para el año 2000, 2.258, 24.504 y 12.617; para el año 2001 los registros fueron, 2.267, 23.142 y 11.465, respectivamente.